El Yo interno no existe.
Producimos nuestra identidad, no en nuestro “ser interior”, sino en la red pública de conversaciones en la que participamos, la cual está inserta en una multiplicidad de discursos históricos y que está cambiando constantemente a través de nuestra participación y la de otros y en nuestras mutuas respuestas a dicha participación.
Al inventar un observador histórico para nosotros en el presente, nos abrimos un espacio nuevo de diseño para producir una identidad en el futuro.
Chilexcelente
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